El trabajo muchas veces te impide dedicarle todo el tiempo que te gustaría a cuidar la casa.
Por ello, si eres de esas personas que se pasa todo el día fuera de casa, seguramente necesitas contratar a alguien que se haga cargo de todas aquellas tareas domésticas necesarias para mantenerla limpia y ordenada. No lo dudes y cumple con la normativa, formalizando un contrato de trabajo que permita regular la relación laboral entre las partes, con todo lo que conlleva el hecho de emplear una persona: alta en la Seguridad Social, duración del contrato, el tipo de jornada, el horario de trabajo…
Por otro lado, este documento también te permitirá regular otros aspectos más específicos, como por ejemplo qué tipo de tareas va a realizar la persona empleada de hogar o incluso alguna prohibición relacionada con la casa.
